16 de julio de 2009

Cárdenas pide renuncia de dirigencia del PRD

severa crítica al Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano advirtió que ese instituto político vive un grave empantanamiento que le impide dar viabilidad al proyecto democrático y progresista de nación. Sobre todo, afirmó, en esas condiciones, “no le es de ninguna utilidad al pueblo mexicano”.

Resaltó que por la violación a las reglas internas, el PRD “está traicionando a sus muertos y, lastrado como se encuentra, pierde su condición de instrumento de lucha por la soberanía” del país. Aseguró que el partido está ante la “última oportunidad para que no se pierda un instrumento que con el sacrificio de miles de mujeres y hombres fue construido” para lograr, entre otros objetivos, la defensa y respeto del voto ciudadano, combatir privilegios, corrupción, despotismo de gobernantes y una gama de cuestiones sociales y económicas.

En un texto dirigido a los perredistas, Cárdenas descalificó la reunión de dirigentes y líderes efectuada el pasado fin de semana en Morelia, Michoacán. “Se convocó con parcialidad, razón de algunas ausencias y de inexplicables presencias”.

Sostuvo que la dirigencia nacional le planteó la idea el pasado 7 de julio. Durante el encuentro, al que asistió el presidente del PRD, Jesús Ortega, se comentó sobre la convocatoria a una reunión incluyente de líderes y dirigentes del partido, en la cual la prioridad sería superar la actual situación y recuperar la legalidad interna.

Para ello “se anunciaría la pérdida de derechos partidarios de quienes hubieran contendido contra el PRD” en el proceso electoral. Sin embargo, señaló Cárdenas, los asistentes se desentendieron del mandato de hacer valer la legalidad interna y decretaron una amnistía para que se mantengan como militantes del partido quienes contendieron en su contra.

Cárdenas recordó otro episodio, ocurrido en 2007, en el cual algunos de los participantes en el cónclave de Morelia, como la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, se pronunció por suspender los derechos partidarios de los perredistas que apoyaron a otras fuerzas políticas en las elecciones de esa entidad.

El considerado líder moral del PRD propuso como alternativa para lograr la recuperación del proyecto político original, la renuncia del Comité Ejecutivo Nacional, del Consejo Nacional y el nombramiento de una dirección provisional que tendría facultades para conducir la reconstrucción del partido desde sus bases.

Indicó que entre las acciones a realizar es indispensable la desaparición de lo que llamó “grupos de presión, mal llamadas corrientes”, causantes de inhibir “la libre discusión de ideas y propuestas, ahondando las fracturas y los desencuentros”.

En el texto titulado Un último llamamiento, el ex presidente del PRD advirtió sobre su seria preocupación por el descrédito y la pérdida de autoridad moral de este organismo frente a la ciudadanía y la opinión pública en general. Por ese motivo, externó sus reflexiones, que inician por recordar la nula respuesta que tuvo su propuesta, hecha el año pasado, con motivo de la elección para renovar la dirección del partido.

En ese entonces Cárdenas propuso como alternativa para salir de la crisis, la renuncia de los candidatos (la disputa estaba centrada en Jesús Ortega y Alejandro Encinas), la disolución de los cuerpos de dirección del partido y su sustitución por entes provisionales que permitieran la recomposición y rencauzamiento de la organización. Sin embargo, nada se arregló y prevalecieron los intereses de facción, el sectarismo y la intolerancia, acusó.

Como consecuencia de aquella confrontación quedó el permanente quebrantamiento de las disposiciones estatutarias y la parálisis interna que le ha impedido crecer, generar un debate interno y proponer soluciones a los problemas de la nación.

Ahora, los resultados de las elecciones del 5 de julio ratificaron “la grave condición de empantanamiento que vive el PRD”. Destacó que donde se ha mantenido trabajo de organización desde la base y donde los compromisos adquiridos se han cumplido, el PRD se ha conservado como fuerza política competitiva.

Respecto de la reunión de Morelia, Cárdenas señaló que aun cuando los asistentes hayan tenido la mejor buena fe, hicieron un “llamado abstracto a la unidad”, sin acuerdos previos, al menos no conocidos, ni programas ni principios, “como si las declaraciones de unidad por sí solas hicieran fuertes a las organizaciones y resolvieran los problemas”.

En la actual coyuntura política, señaló, “nuestro compromiso prioritario es revertir la embestida reaccionaria y entreguista”. Para ello, advirtió, se requiere una organización con fortaleza política y autoridad moral, por lo que habría que adoptar “decisiones valientes y generosas, que nos devuelvan la hoy perdida autoridad moral”.

En este punto, Cárdenas propone la dimisión del CEN del PRD, del Consejo Nacional e iniciar, con una dirección provisional, la reconstrucción del partido. El nuevo presidente se elegiría en congreso nacional extraordinario, donde se aprobarían nuevos documentos básicos y un padrón a partir de la reafiliación de los militantes y de la incorporación de nuevos adeptos.

La Jornada

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