9 de marzo de 2009

Discurso Integro de Nicolas Sakrozy en el Senado de la República

Señoras y señores senadores, es para mí un inmenso placer estar en México con motivo de la primera visita de estado de un Presidente Francés desde hace diez años. Y también es un grandísimo honor -que valoro mucho- señor Presidente, al haber sido invitado a dirigirme al Senado de los Estados Unidos Mexicanos.

Señoras y señores, tan lejos como pueden llegar nuestras miradas, Francia y México siempre compartieron los mismos ideales y los mismos valores. Nuestros países han sido guiados por las virtudes de la latinidad y los principios de la República. Ambos países colocan al hombre en la parte medular de su ideal político. Nuestra acción en el escenario internacional tiene como objeto la concordia entre los pueblos y creemos con este mismo espíritu que la paz es posible cuando las naciones se respetan y se hablan.

Cuando Hernán Cortés descubrió Tenochtitlán, la capital del imperio azteca superaba en dimensiones la Ciudad de París. Ese encuentro de las civilizaciones fue el preludio de esta globalización que hoy constituye nuestro barco, con el mestizaje de pueblos y culturas que incluye, y la palabra mestizaje no asusta a México, la palabra Mestizaje tampoco asusta a Francia, tuvimos nuestras desgracias cada uno, México fue una tierra de pasión para todos, en particular para Francia, que vio entre los mejores de sus hijos implantarse en este país, se señala la presencia de franceses en el siglo XVI ya, e incluso quizás, si me permiten, sería un francés a André Thévet, cosmógrafo del Rey Enrique II, quién por primera vez habló de México para designar lo que durante mucho tiempo se seguiría llamando Nueva España.

No sé si es cierto, pero si sería cierto me vendría muy bien, lo que sí es cierto es que Francia ha sido para México una referencia cuando las ideas de emancipación se propagaron desde el centro de las iluminaciones, los protagonistas de la independencia Mexicana como posteriormente aquellos de la Revolución de 1910 son hijos de la Revolución Francesa y Francia lo reconoce como tal, es Víctor Hugo, que apoyaba a Benito Juárez contra los extravíos del segundo imperio, y es toda Francia respaldando la Revolución Mexicana cuando el pueblo se alzó en búsqueda de su camino hacia la modernidad, contra la opresión, contra la miseria, por la libertad y por la independencia, Francia siempre estuvo al lado de México, y México siempre estuvo al lado de Francia, recordemos aquel gran francés Jack Soustelle, quién abrió nuevos horizontes a la antropología al acercarse a los indios en los años 30’s, el mismo Soustelle creará la base de una representación de la Francia libre en México ya a partir de 1940 y México fue uno de los primeros en reconocer a aquel gobierno francés libre, y eso nunca lo olvidaría el General De Gaulle, siendo México el primer país que visitó en 1964 para expresar a todo el pueblo mexicano la voluntad que tenía Francia de trabajar con ustedes.

Entonces aquel Imperio Francés, aquella relación que Francia tiene por México, que venga y desarrolle para proponerle una nueva alianza dentro de nuestros dos países, Jacques Soustelle, siguiendo con él, escribió acerca de los cuatro soles que constituyen el fundamento, la base de la mitología de los pueblos de esta tierra, y Carlos Fuentes incluso se refería a un quinto sol. Entonces de este mito, quiero sacar una metáfora positiva al referirme a los mismos soles de la nueva alianza que deseo instaurar entre Francia y México.

El primer sol es la visión del mundo que nuestros dos países deben compartir, es nuestra mutua ambición de construir una nueva arquitectura internacional, no se pueden solucionar los problemas del siglo XX con instituciones generadas del siglo XX. Son ustedes vecinos de Estados Unidos de América, un gran pueblo, una gran nación, de la que me siento amigo, pero ningún amigo, ningún país, perdón, por muy potente fuera, no puede pretender imponer sólo su visión del mundo, ningún país, el mundo es diversificado y hemos entrado en una era de una nueva multipolaridad, las potencias son potencias relativas con lo cual debemos construir un nuevo multilateralismo y juntos, Francia y México deben unirse para construir esta nueva gobernancia internacional.

Sí señor Presiente, he abogado sin pesar en nombre de Francia por la apertura del G8 los grandes países emergentes y por su transformación en G14, donde México tiene su lugar, en el primer círculo de la balanza del mundo del siglo XXI, el primer país hispanohablante del mundo, país de América del Norte por su geografía y de Latinoamérica por su historia y por su cultura. México es un crisol de civilizaciones, son ustedes un puente entre dos mundos, la misma identidad de su país le lleva a mirar en varias direcciones a la vez, no encerrarse en relaciones exclusivas, si bien la intensidad de su asociación con Estados Unidos queda plasmada en la geografía, ustedes irán más allá hacia América Latina, hacia Asia y hacia Europa sí, hacia Europa, nuevos espacios para su desarrollo, para su influencia y para su independencia.

Cuando era yo Presidente de la Unión Europea, propuse, junto con “Bernard Kushner” hacer de México un socio estratégico de la Unión Europea, y la Unión Europea reconoció sus responsabilidades globales, y queridos amigos mexicanos, tienen ustedes más responsabilidad de lo que a veces se piensa.

Entonces México hoy las ejerce aquella responsabilidad con su brillante lección el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero México, Décimo contribuyente en el presupuesto de Naciones Unidas, primer país de América Latina desempeña un papel ejemplar en el Consejo de los Derechos Humanos, aquel del diálogo, pero permítanme insistir, y decir con toda franqueza que se debe a sus amigos, el mundo espera más de México, y lo digo con todo el corazón, lo digo como un amigo, lo digo como un socio.

Sé que la cuestión de la participación de México en las operaciones de mantenimiento de la paz es un debate aquí, debate que respeto, y que este debate también tiene una sensibilidad especial, pero las decisiones de México que provienen de su historia son decisiones obviamente soberanas, aún así les aliento como amigo a proseguir su valiente reflexión que han emprendido al respeto, porque el mundo necesita a México cuya contribución puede revestir diferentes formas.Servidor también es el abogado de un puesto permanente de México en la gobernanza mundial, Francia dispone de esta plaza, pero esta plaza se debe a derechos, pero también incluye deberes, una gran nación tiene más deberes que derechos, y entre estos deberes está el precio de la sangre, la sangre de sus soldados, y cuando se es una gran Nación se debe enviar a estos soldados para garantizar la paz en los cuatro rincones del mundo, una gran Nación es aquella que asume todas sus responsabilidades.

Nuestros dos países tendrán citas importantes, la Cumbre del G-20, frente a la magnitud de la crisis Francia, usted lo ha dicho, señor presidente, ya en el verano 2008 para que se organicen estas cumbres. Las economías del G-20 representan el 80% del PIB mundial, las decisiones que tomaremos el 2 de abril, dentro de menos de un mes, comprometerán al mundo.

Estas decisiones dependen de ustedes y de nosotros que se estructuren frente a esta crisis, acaso tendremos el valor de estar a la altura de nuestras responsabilidades, de medir la magnitud de la crisis y de emprender cambios tan profundos como esta crisis. Los resultados que se esperan en el mundo entero estarán acaso a la altura de las expectativas de nuestros pueblos.

En Washington, en el pasado mes de octubre, determinamos principios y objetivos, pero en Londres debemos tomar decisiones tangibles y aplicarlas de manera concreta, debemos cambiar las reglas, debemos condenar a los paraísos fiscales, debemos modificar el funcionamiento del capitalismo que debe ser un capitalismo de empresarios y no de especuladores. Debemos prohibir las retribuciones impactantes, chocantes que no corresponden con ninguna creación de valor, debemos controlar los “eshfrens”, debemos asegurar una nueva gobernanza mundial.

Habrá mucha fuerza en Londres para defender el conservatismo, y dependerá de Francia y México estar del bando de los reformistas, en aquellos que han entendido que las mismas causas tendrán los mismos efectos y que los cambios tendremos que imponerlos el próximo 2 de abril en Londres. Tendremos que volver a los valores fundamentales de la economía de mercado, y lo diré aquí, aquí en su capital, estos valores se han traicionado, se han abandonado por la codicia de una pequeña minoría de personas irresponsables, paremos esta codicia y esta irresponsabilidad con miles y miles de desempleados en el mundo.

No tenemos derecho de no estar a la cita de los cambios estructurales necesarios en Londres, esto es lo que vine a proponerle a México, trabajar junto con Francia para estos cambios. Claro que tendremos que rechazar cualquier intento de proteccionismo, claro está, franceses y mexicanos estamos especialmente bien dispuestos para transmitir este mensaje, ustedes en su tratado de libre cambio con el de América del Norte, nosotros en la Unión Europea, y juntos, gracias al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México, hemos optado por la apertura.

Pero que quede claro, la apertura no significa ingenuidad y debemos pedir a todas las regiones del mundo reciprocidad, no puede haber obligaciones para unos, de las que algunos se salvarían, yo creo en el libre cambio, creo en la apertura, pero creo que es necesaria en todos los lugares. En Asia y en Europa, en América Central y en América Latina e incluso en Estados Unidos de América debemos dar el ejemplo, reforzando entre nuestros dos países relaciones económicas, y lo digo así como lo pienso, nuestras relaciones económicas no están a la altura de nuestra historia, de nuestra amistad y de nuestros potenciales.

Francia es la quinta economía del mundo, México la décimo tercera economía del mundo, tenemos mucho más que hacer juntos. El segundo sol de nuestra nueva alianza en nuestra voluntad común de afrontar el inmenso reto del medio ambiente, se trata de un reto importantísimo, nuestra generación es la primera que dispone de un diagnóstico irrefutable de la catástrofe hacia la que corremos, es la primera generación que tiene este diagnóstico.

Pero, queridos amigos, somos la última generación en poder frenar esta carrera hacia al abismo y dejar a las futuras generaciones un mundo con equilibrios preservados. El papel de México en el debate del régimen post-Kioto es ejemplar, son ustedes uno de los pocos países emergentes que defienden con tanta fuerza la lucha contra el calentamiento climático, ningún país puede quedar exonerado de sus responsabilidades, ningún país puede eludir sus obligaciones, y la filosofía que anima la iniciativa notable de “Fondo Verde” del Presidente Calderón, hace progresar la idea de una responsabilidad colectiva, y Francia la apoya plenamente.

Mi convicción es que no podremos a largo plazo enfrentarnos a la explosión programada de la solicitud por energía y a la necesidad de reducir las emisiones sin desarrollar la energía nuclear. Y también quería recalcar la importancia que otorgo a un proyecto común, son ustedes el único país del mundo que tiene un mar propio, el Mar de Cortés, cuyo encanto ya me han comentado varias veces, y bueno, si nos obligaran a ir, bueno, pues nos obligaríamos inmediatamente.

Pero los mares y las costas están directamente afectadas por el cambio climático, si lo desean podríamos crear juntos un observatorio de las costas del litoral que tendrían el nombre de dos eminentes personalidades, una francesa y otra mexicana, ¿Por qué no Cousteau? por parte francesa, dándole una vocación regional hacia el Caribe y Centroamérica, que podría a su vez inspirar otras obras de la misma índole en otros lugares del mundo.

Todos los países no tienen el valor de México frente al reto medioambiental, y para Francia es un orgullo ser su amigo en esta bella lucha, la lucha por la supervivencia del mundo. El tercer sol de nuestra nueva alianza lo representa la población, y no es el más sencillo de todos, las migraciones han constituido momentos cruciales en la historia de México, y desde el siglo XVI estas migraciones en su territorio nunca cesaron, país de acogida hospitalaria desde siempre; pero México también es tierra de tránsito y de migración, al igual que Europa.

Yo estoy convencido de que nuestras convergencias son fuertes, . Y estoy convencido de que tenemos mucho que aprender de ustedes.

En Europa es un tema delicado.

Bajo presidencia francesa de la Unión Europea hicimos que se aprobara un pacto cuya filosofía es sencilla. Y no dudo en decirlo, nosotros necesitamos la emigración, es garantía de crecimiento y el mestizaje cultural es una suerte.

¿Cuántos hombres y mujeres nacidos fuera de Francia han participado en el resplandor y el progreso de mi país?

No queremos que Europa sea una fortaleza, que quede claro, son estos nuestros principios.

Europa debe adaptarse a su realidad, somos la mayor zona de libre circulación del mundo. Pero también estamos sometidos a una presión migratoria que supera las capacidades de nuestras economías.

Lo que queremos es favorecer la emigración legal, que no haya ninguna ambigüedad. Pero pedimos que nos ayuden a luchar contra la emigración clandestina.

Porque apoyamos, favorecemos la emigración legal, queremos una lucha contra los traficantes que explotan y se aprovechan de la miseria del mundo y cobran dinero a migrantes que ya no tienen nada.

Y para Francia el tema migratorio constituye una responsabilidad compartida, es algo que debe resolverse mediante el diálogo y no tejiendo barreras.

El… negamos a que hombres y mujeres que aspiran a una vida mejor o más digna caían en manos de la arbitrariedad de explotadores criminales con condiciones de vida a veces peores de las que intentaban huir. Queremos ser abiertos, pero para lograrla y mantenernos abiertos no podemos seguir siéndolo con todo el mundo. Y claro, con este tema tan complicado propongo que México y Francia intercambian sus experiencias en el marco de concertaciones frecuentes entre responsables, y también por qué no, entre investigadores y universitarios.

El cuarto sol es el de nuestra seguridad.

Quisiera aquí brindar un homenaje al Presidente Calderón, quien ha emprendido por la seguridad una lucha necesaria y valorosa.

Y he venido aquí a decirles que les apoyamos en esta lucha porque no podemos transigir con lo criminales, los compromisos serían rendirse.

La criminalidad se combate, es una lucha que requiere perseverancia, tiempo y, por lo tanto, paciencia.

Y en política la paciencia a menudo es cotosa, porque la opinión pública quiere resultados rápidos y eficientes, y cuando son lentos pueden parecer inciertos. Pero el enemigo, el crimen, es poderoso, es rico y no tiene escrúpulos.

La democracia es ponente, poderosa, no siempre es rica y con muchísimos escrúpulos.

Este enemigo, quiero decir el crimen, no sólo es el de México, también es el enemigo de Francia y de toda la comunidad internacional.

Y he venido aquí a decirles que contra ese enemigo ustedes no están solos, pueden contar con Francia. Las mafias no tienen fronteras, golpean de manera ciega a los mexicanos y a los demás.

Y quisiera decir que dos ciudadanos franceses fueron hace poco víctimas en México de la salvaje barbarie de estas mafias.

Estos crímenes no nos alejan de México, todo lo contrario. Nos comprometen a su lado para luchar juntos contra la criminalidad, contra los criminales.

Y para que quede todo muy claro, me dijeron que no tenía que comentar, lo cual me da muchas ganas de comentarlo, la política no puede ser la única Cámara no habla; no soy el hombre de la impunidad, para nadie. Pero al mismo tiempo tengo una responsabilidad frente a mis conciudadanos, hagan lo que hayan hecho. Y pido que se respete este equilibrio.

No soy aquel que tiene un discurso para unos y otro para otros, tengo la responsabilidad de ocuparme de todos los franceses, sean cuales sean. Pero no por ser francés y no se merece la impunidad, y cuando se es una gran democracia hay que aplicar los convenios internacionales.

En México hay polémica. Quédense tranquilos, en Francia también la tenemos las polémicas. Pero no será esto que creará una brecha entre México y Francia, ni tampoco será aquello que me alejará de mi camino, yo seré tanto solidario de su lucha contra el crimen, solidario de su voluntad de proteger y defender a las víctimas y a la vez asumiré, señor presidente, mi deber que es ocuparme de mis conciudadanos como cualquier edil de México tiene el deber de preocuparse de sus conciudadanos.

Y última cosa, sí deberíamos ocuparnos únicamente de aquellos conciudadanos que no le necesitan, que son ricos, poderosos, honestos, y que nunca, nunca cometieron un delito, entonces el oficio del Presidente de la República sería muy fácil, pero lo es difícil justamente porque los principios están hecho para explicar y respetar los derechos de los culpables, esta es la marca y el símbolo de una democracia, la democracia son principios y principios que se aplican a todos.

Yo soy amigo de México y no vengo a México para defender ideas en las que no creo, porque confío en el sentido común, en la honestidad y en el equilibrio del Senado de México y del pueblo mexicano.

Señoras y señores, hay un quinto sol. Este quinto sol es la fuerza de nuestras culturas, este lugar magnífico que visitamos con mi esposa ayer, la cultura yace de la educación y la investigación.

Contamos aquí, Francia, con una de las primeras redes de alianzas francesas en el mundo. Esta tarde visitaré al Eliseo franco-mexicano, uno de los más importantes del mundo, y nos encantó, con Carla, la acogida de los jóvenes niños, alumnos, del… No empezaré por cansarles a enumerar los acuerdos que existen entre nuestras universidades y nuestros programas de investigación, nuestra oferta de capacitación en México es de las más ambiciosas, tenemos tradiciones de cooperación en los ámbitos de la arqueología, antropología, ciencias sociales; pero queremos hacer más, debemos hacer más.

Propuse que México tuviera su año de honor en Francia en el 2011. Que en el 2011 sea el año de México en Francia, para reforzar nuestra amistad, nuestra estima y nuestra admiración.

Ustedes son orgullosos de su cultura, de la antigüedad de esta cultura, son orgullosos del hecho de que esta cultura ha irradiado a todo el Continente y mucho más allá.

Pues, queridos amigos, esta es una gran ventaja, la de tener una cultura ancestral. Bien lo sabe Francia, pero no debe ser un pretexto para adorar su pasado e ignorar su futuro.

No es el menor de los problemas de los pueblos de este mundo. Cuando tenemos una cultura ancestral tendemos un poquito a mirar al pasado.

Cuando debemos mirar al futuro, Francia, como México, son países con mucha historia, pero para el futuro queremos ser países jóvenes.

Entonces, queridos amigos del Senado mexicano, acepten esta mano tendida, la de una nueva alianza entre Francia y México.

¡Que viva México!

¡Que viva Francia!

¡Y que viva la amistad entre México y Francia!

Versión Estenográfica de la Sesión Solemne
en el Senado de la República 9 de Marzo de 2009

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