19 de septiembre de 2010

AMLO, la Presidencia Legítima y el 2012

Han transcurrido poco más de cuatro años desde los comicios presidenciales del 2 de Julio de 2006, comicios que por su estrecho margen desencadenaron un conflicto postelectoral. Fraude o no, fue un momento que crispó a la nación y tensó el ambiente.

Una serie de movilizaciones se iniciaron en la Ciudad de México para reclamar por el fraude electoral. Movilizaciones realmente impresionantes, yo estuve en cada una de ellas y era una sensación indiscriptible. Las calles del Centro Histórico se llenaban y aunque era visible la desesperanza entre los asistentes aún se apreciaba un dejo de esperanza por más mínimo que fuera. En 2006, López Obrador era, entre los candidatos presidenciales, la mejor opción de cambio. Hoy esto es distinto.

En aquellas multitudinarias movilizaciones, Obrador hizo un llamado, lo recuerdo muy bien, dijo que se seguiría al "espurio" (refiriendose a Felipe Calderón) a todos lados y que no se le dejaría trabajar porque él no era el presidente. En la euforía del mítinla respuesta, obviamente, fue afirmativa ante la propuesta que se presentaba. Pero sólo había que detenerse un momento a reflexionar aquellas palabras para percatarse que iniciaba la debacle de un movimiento que pudo y debió ser un contrapeso necesario ante el Gobierno de Felipe Calderón.

Andrés Manuel López Obrador se estancó en un discurso de vociferación y poco a poco las propuestas fueron opacadas por el mismo. Continuaron las convocatorias para concentraciones en el Zócalo capitalino, convocatorias que argumentaban se presentarían un proyecto de trabajo que seria el eje medular del Gobierno Legítimo. Sin embargo la vociferación continuaba y las reacciones entre la gente era de decepción. Recuerdo escuchar comentarios como: "Pero, entonces ¿qué vamos a hacer?" o "Una vez más no se llegó a nada", poco a poco el desencanto se apoderó de muchos.

Nuestra organización se mantuvo firme y no marcamos distancia con López Obrador, continuamos enviando propuestas así como canalizando proyectos de otros sectores para conformar un Proyecto Alternativo de Nación. López Obrador jamás mostró interés.

Los años pasaron y llegó un momento de mayor tensión: La llegada de la iniciativa de Reforma Energética al Congreso. Nosotros iniciamos inmediatame un estudio de dicho proyecto del Ejecutivo Federal y era obvio que tenía tintes privatizadores. El Congreso fue tomado por legisladores de oposición ante la posibilidad de que la Reforma Energética fuera aprobada con rápidez y sin mayor discusión. Yo me encontraba en el Senado de la República el día que las llamadas adelitas iniciaron el cerco ciudadano, cuando salí de la vieja Casona de Xicotentacatl fue cuando viví en carne propia los efectos de aquella vociferación, que aunque nunca había llamado a la violencia si había polarizado gravemente y creado un ambiente de cierta intolerancia. Fui agredido verbalmente hasta que se percataron que en la solapa del saco portaba el Aguila Juarista y que "era de los suyos", recuerdo muy bien las palabras de una señora que me dijo textualmente: "Si no trajeras el Aguila ya habrías valido madres". Me quedé sorprendido. ¡Aquella intolerancia era intolerable!

Sabemos que en todos los grupos hay gente más extremista que otros y esto siempre será un grave problema, ya que por unos cuantos se pierde la credibilidad de todo un movimiento. Aunque sorprendido y enfadado, dejé pasar aquel acontecimiento; que por cierto era la segunda vez que acontecía, ya que a principios de 2008, durante la discusión de la Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal y Seguridad un grupo de mis colaboradores también había sido agredido verbalemente en las inmediaciones del Senado.

Nosotros continuamos trabajando tanto con el movimiento que encabezaba López Obrador en defensa del petróleo como con los legisladores del Frente Amplio Progresista y también con legisladores de otros partidos para sacar adelante una reforma energética libre de deseos privatizadores. Elaboramos foros de discusión sobre este tema y con misivas y firmas presionamos para eliminar la posibilidad de una privatización. Finalmente los 7 dictamentes que conformaban la Reforma Energética quedaron listos, prevaleció la postura de la oposición y era un gran e importante avance. No recuerdo con exactitud la fecha, era Octubre, si mal no recuerdo, justo el día en que las Comisiones Senatoriales finalizaron con las iniciativas, López Obrador convocó a una asamblea en el Hemiciclo a Juárez. Y en una votación deshecharon el trabajo de meses y los importantes avances que se habían logrado entorno a la Reforma Energética y se declaró que seguirían las movilizaciones. Ese día, por unanimidad, nos deslindamos completamente del movimiento obradorista.

Era obvio que López Obrador, enfrascado en su repetitivo discurso, jamás aceptaría los avances que existierán por mínimos que fueran por la simple razón que el proyecto tenía como origen la administración de Felipe Calderón. Así no se llegaría nunca a nada. El país, ya desde entonces reclamaba unidad lo que no quiere decir uniformidad. El discurso polarizaba y no había voces que llamaran a la reconciliación y las pocas que sonaban era opacadas por los enfrentamientos entre Gobierno Federal y Gobierno Legítimo.

Andrés Manuel López Obrador tuvo en sus manos una oportunidad única con el Gobierno Legítimo. Con los recursos económicos que recibía de aportaciones de legisladores del entonces FAP y con las donaciones de sus simpatizantes podía emprender acciones de Gobierno. No sé cuanto dinero entraba mensualmente a las arcas del Gobierno Legítimo, algunos decían que 30 millones, no lo sé; y lo mismo es preocupante porque yo nunca he visto que se entreguen cuentas de ese dinero, hay una gran opacidad y por lo mismo que son donaciones de ciudadanos deberían entregarse cuentas. Pero sea la cantidad que sea, pudo instaurar un programa de becas, por ejemplo, entre muchos otros aspectos. Pero no, durante 4 años, Obrador ha trabajado estrictamente desde el punto de vista electoral. Se mantuvo en giras constantes repitiendo el mismo discurso del fraude y muy pocas propuestas.

El Proyecto Alternativo de Nación, que apenas hace poco anunció ya estaba en elaboración, debió presentarse mínimo desde Enero del 2007, dos meses después de que asumiera la Presidencia Legítima, no cuatro años después.

Faltan dos años para la sucesión presidencial, Obrador ya ha declarado que contendrá nuevamente por la Silla Presidencial. Yo no veo oportunidades de que gane, ni siquiera de que de una lucha fuerte ante el ya muy posible candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, quien encabeza las preferencias electorales por amplio margen. Desde un punto de vista muy personal, le veo más posibilidades de triunfo a Marcelo Ebrard como candidato que a López Obrador. El tiempo de López Obrador ya pasó, desperdició una oportunidad única y es muy lamentable. Ahora bien, si llegara el 2012 y me equivocara, con gusto reconoceré mi error.

La crisis que vivimos en México no es responsabilidad única del Gobierno de Felipe Calderón, ni de adminstraciones anteriores o de la crisis financiera mundial, es también responsabilidad de la oposición; tenemos una oposición endeble, dividida, que una parte continúa enfrascada en viejos rencores que le impiden ver hacia el futuro y la otra parte enfrascada en la busqueda del triunfo electoral a como dé lugar.

México, lo repito, reclama unidad y acciones responsables. Basta de confrontaciones estériles y de discursos atrapados en la vociferación. México reclama diálogo, propuestas y resultados.

MÉXICO NO ES UN PARTIDO, MÉXICO ES UNA NACIÓN

1 comentario:

Anónimo dijo...

fue muy interesante para leer. Quiero citar el mensaje en mi blog. Se puede? Y otros una cuenta en Twitter?